Aitor: Joder con los cubiertos. Un día vamos a tener una desgracia, que va a salir un cuchillo volando y se le va a clavar a alguien en un ojo.
Yo: ¿En un ojo? ¿No puede ser en otro lado más difícil?
Aitor: Bueno, en el cuello, peor me lo pones.
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